Frutas de primavera: cómo aprovechar su temporada en platos dulces y salados

¿Te faltan ideas para disfrutar de las fresas, kiwis, ciruelas, albaricoques y aguacates? Aquí tienes unas cuantas para poner en práctica durante su mejor época

Gracias al clima y a nuestros agricultores, en primavera y como preludio de la abundancia del verano los mercados se llenan de excelentes y variadas frutas de temporada. En nuestro país estamos acostumbrados a consumir fruta fresca porque siempre hemos sido productores, aunque los números de su consumo interno llevan años disminuyendo alarmantemente; cuentan que llevamos un descenso de casi un 25% en la última década. De modo que cualquier fórmula que nos ayude a ir más allá de tomarlas como postre o tentempié nos vendrá bien.

A continuación, repasamos algunas de las frutas más frecuentes en los mostradores en esta primavera que recién entra, no exhaustivamente: no nos deis la turra con que en vuestro pueblo en primavera hay mucho de esta fruta que no sale y nunca habéis visto esta otra que sí mencionamos. Que nos conocemos.

Fresas

Las fresas de temporada son deliciosas por sí solas, sin ningún aditamento: aunque es una fruta que admite cierto punto de cocinado, en fresco y macerada resulta deliciosa. En lo que atañe a macerar fresas, nuestra compañera Raquel Bernácer nos contó todos los secretos en este artículo, desde la maceración en ácidos como el vinagre a alcoholes como el cava. No te lo pierdas si quieres servir las fresas de forma ligera y, en algunos ejemplos, menos trillada.

Las fresas resultan igualmente una excelente opción para añadir a ensaladas de hoja verde o incluso incluirlas en una sopa fría estilo sureño, y con burrata en la versión salada y dulce que nos preparó Mònica Escudero. Son un ingrediente quizá sorprendente en salsas de cosas troceaditas, emulando al pico de gallo mexicano, así: combina fresas en cubitos con cebolla morada picada, un poco de jalapeño encurtido picado para darle el toque picante al conjunto, cilantro fresco –para aquellos a los que les guste–, zumo de lima al gusto y algo de sal. Riquísimo con totopos, sobre rodajitas de manzana, si quieres una versión más ligera, o acompañando un pescado a la plancha.

Hay una combinación de sabores a la que soy adicta, que es con un buen salmón ahumado, apunta: añádeles a unas lonchas de buen salmón unas fresas limpias en rodajitas, aliña con un poco de lima y pimienta, y póntelo todo encima de un pan de calidad. Levita. En cuestión de dulces, siempre nos podemos atrever con clásicos como la tarta de fresas con crema, o con postres más novedosos como las fresas asadas con nata y crumble de Claudia Polo.

Kiwi

Como contaba Julia Laich, en España el kiwi es un cultivo reciente, de mediados de los años 80. Hoy día más de la mitad de la producción que consumimos proviene de Galicia, seguida de Asturias, Valencia y el País Vasco. Sin embargo, comemos más de los que producimos, importamos una gran cantidad.

El verde kiwi tiene un sabor menos intenso que el de la fresa, pero se presta a usos muy parecidos a los que hemos mencionado respecto a la roja fruta: de trocearlo en una salsa agridulce a servirlo en tostas y similares acompañado de quesos o lácteos como la burrata, el requesón o mozzarella en bolitas. Encontraréis en el mencionado artículo de Julia la receta de unos tacos de gambas con kiwi y una ensalada templada con calabaza y tomates en cuanto a fórmulas saladas, y una tarta de kiwi y una clásica mermelada en cuestión dulce.

El kiwi no es una fruta que admita el cocinado, al menos nosotros no hemos encontrado una buena fórmula. Pero si sabéis de algún ejemplo en que el kiwi quede satisfactorio con algo de cocinado, por favor, no os guardéis esa información para vosotros, no seáis así.

Ciruelas

También empezamos a ver ciruelas en los mercados, autóctonas en su mayoría, procedentes sobre todo de la Comunidad Valenciana y de Murcia. Lo obvio es recomendaros en primer lugar algún dulce con ciruelas como la maravillosa tarta tipo streusel o crumble de ciruelas, sencilla y con un resultado fantástico. Si os apetece un postre sencillísimo en el que las ciruelas sufren una transformación mínima, me encantan los jetapostres del tipo trifle o crumble, como este crumble de frutas de hueso.

En mi humilde opinión, la técnica de encurtir frutas les va de miedo a las ciruelas: al final se trata de una mezcla de sabores agridulces que recuerdan a los de un chutney indio. Como aconseja Alfonso en el artículo, usa fruta que esté aún firme, no muy madura. En el apartado de usos poco vistos de las ciruelas, os aconsejo esta ensalada de ciruelas con queso y pimienta negra sorprendente y con las ciruelas en crudo.

Las aves asadas con ciruelas frescas quedan fetén; me gustan especialmente las ciruelas damascenas, aunque quizá para esta variedad sí sea un poco pronto aún, pero guardaos la idea para más adelante: ahí tenéis este pollo asado con ciruelas (no tiene que ver con el pollo con ciruelas de Marjane Satrapi). Si te gusta el pato y sabes hacer a la plancha un magret, acompáñalo con ciruelas partidas a la mitad, sin hueso, y pasadas igualmente por la plancha con una pizca de aceite; el dulzor de la ciruela, acentuado por la plancha, combina a la perfección con la abundancia de grasa de la carne de pato.

Fuente: https://elpais.com/gastronomia/el-comidista/2025-04-02/frutas-de-primavera-como-aprovechar-su-temporada-en-platos-dulces-y-salados.html